Fondo de emergencias en pesos: cómo lograrlo

Un fondo de emergencias es el colchón que te permite dormir tranquilo. No es para vacaciones ni gadgets: es para imprevistos reales, como una reparación médica, una pérdida temporal de ingresos o una falla importante en el hogar. En México, una meta razonable es acumular de 3 a 6 meses de gastos básicos. Si tus ingresos son variables, apunta a 6 meses; si son estables, 3 a 4 meses pueden bastar como inicio.
Calcula el objetivo con tus gastos indispensables: renta o hipoteca, servicios, alimentación, transporte, salud y educación esencial. Si tus gastos básicos suman 18,000 MXN mensuales, tu meta de 3 meses sería 54,000 MXN. Ver la cifra puede intimidar, pero dividirla la vuelve alcanzable. Por ejemplo, con aportes de 2,250 MXN por quincena, llegarías a 54,000 en un año.
Dónde guardarlo: busca instrumentos líquidos, de bajo riesgo y con disponibilidad rápida. Las cuentas de ahorro de alta liquidez, algunas cuentas remuneradas y CETES a corto plazo con opción de retirar sin penalización son alternativas. Evita inversiones volátiles para este objetivo. Si usas CETES, considera escalonar plazos (por ejemplo 28, 56 y 91 días) para tener vencimientos frecuentes. Lo importante es que puedas acceder al dinero sin perder rendimiento ni pagar comisiones altas.
Cómo empezar: automatiza un cargo el día de pago. Si hoy solo puedes ahorrar 5% de tu ingreso, inicia con eso. Aumenta 1% cada mes hasta llegar a 10–15%. Destina ingresos extraordinarios (aguinaldo, utilidades, bonos) mayormente al fondo hasta completar el objetivo. Mantén el dinero en una cuenta separada para que no se mezcle con gastos diarios.
Cómo mantenerlo: cada vez que lo uses, planifica cómo repondrás el retiro. Ajusta temporalmente tus “Gustos” o reordena tus metas para reintegrar el fondo. Mide tu avance con una barra visible en casa o en tu app: la motivación crece cuando ves el progreso. Revisa también que las comisiones y rendimientos se mantengan competitivos con el tiempo.
Errores comunes: confundir el fondo con ahorro para metas, invertirlo en productos de alto riesgo, no automatizar, y no discutir en familia cuándo sí y cuándo no tocarlo. Acuerden reglas: solo emergencias, no compras impulsivas; decisión en pareja para retiros mayores a cierto monto; y plan de reposición claro. Con disciplina y un proceso simple, tu fondo se construye más rápido de lo que imaginas.