Presupuesto familiar en México: guía práctica 2025 Fondo de emergencias en pesos: cómo lograrlo Educación financiera para niñas y niños Crédito y deudas: manejo responsable CETES e inversión básica para familias

Presupuesto familiar en México: guía práctica 2025

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Familia haciendo presupuesto

Un presupuesto no es un límite, es una brújula. En México, donde los precios pueden variar por zona y las promociones cambian semana a semana, el presupuesto familiar es la herramienta que convierte intenciones en resultados. Para 2025, te proponemos un método claro y flexible que se adapta a ingresos variables, pagos en efectivo o tarjeta y metas familiares reales.

Primero, identifica tus ingresos netos mensuales. Incluye salario, comisiones, propinas, pensiones o cualquier ingreso adicional. Después, regístralos junto con tus gastos reales de los últimos 30 días. Evita suposiciones: consulta estados de cuenta, historial de tarjeta, recibos digitales y efectivo retirado. Tu presupuesto será tan bueno como los datos que lo sostienen.

Segundo, clasifica con el esquema 4 cubetas: Necesidades (vivienda, alimentación, transporte, salud, educación esencial), Ahorro (fondo de emergencia y objetivos), Deudas (tarjetas, créditos personales, hipoteca) y Gustos (entretenimiento, salidas, compras no esenciales). Como punto de partida, prueba 50/20/20/10. Si hoy no te ajusta, no pasa nada: el objetivo es moverte, mes a mes, hacia un reparto sano.

Tercero, automatiza. Programa transferencias al fondo de emergencia el mismo día de pago. Activa domiciliaciones para servicios y alertas para las fechas de corte y pago de tus tarjetas. Considera dividir el sueldo en cuentas por objetivo: una para gastos fijos, otra para ahorro y otra para variables. Ver saldos separados evita confusiones y te permite decidir con calma.

Cuarto, elige un método de seguimiento que puedas cumplir: libreta, hoja de cálculo o app. Lo importante es registrar diariamente, revisar semanalmente y ajustar mensualmente. Si en la semana 2 detectas que el rubro de “comida fuera” se desbordó, recorta en “gustos” el resto del mes o ajusta la lista del súper. Pequeños cambios oportunos evitan huecos al final.

Quinto, prioriza deudas. Si tu tasa de tarjeta es alta, elige avalancha (pagar primero la deuda con mayor interés) o bola de nieve (pagar primero la más pequeña para ganar motivación). En México, las tasas de tarjetas pueden ser altas; pagar más del mínimo es la clave para ahorrar miles en intereses. Al liquidar una deuda, redirige ese flujo a la siguiente, sin aumentar el gasto.

Sexto, da propósito a tu ahorro. Define metas específicas, con monto y fecha. Ejemplo: “Vacaciones familiares en Oaxaca en noviembre, $12,000 MXN”. Divide entre los meses restantes y aporta cada quincena. Si tienes prestaciones, como aguinaldo o reparto de utilidades, planéalas desde hoy: un porcentaje para emergencias, otro para metas y un pequeño margen para celebraciones.

Séptimo, cuida las fugas: comisiones bancarias, suscripciones olvidadas, compras por impulso y tarifas de servicios. Compara bancos, evalúa cuentas sin comisiones, negocia paquetes de internet y telefonía, y utiliza listas para compras. Aprovecha programas de recompensas solo si no incrementan tu gasto. Tu presupuesto mejora cuando pagas menos por lo mismo.

Finalmente, involucra a toda la familia. Reúnanse 15 minutos por semana: revisen el avance, celebren logros, ajusten lo que no funciona. Da a niñas y niños una pequeña responsabilidad: llevar la lista del súper o ayudar a comparar precios. La educación financiera se aprende viviendo.

Si hoy tu presupuesto se siente apretado, empieza por un control de 30 días. La claridad te mostrará los ajustes más efectivos. Lo perfecto no existe; lo que se cumple, sí. Con constancia, tu presupuesto será el puente entre lo que sueñan y lo que logran.

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